La tecnología empezó dando pasos pequeños, explorando poco a poco cuáles eran sus límites, y, cuando descubrió que no tenía ninguno, comenzó a avanzar a pasos agigantados. Los aparatos tecnológicos han llegado a nuestra vida para quedarse, y aunque a día de hoy apenas pensamos en ello porque lo tenemos normalizado, la mayoría de nuestras actividades eran impensables hace apenas veinte años. Utilizamos la tecnología para comunicarnos, para movernos, para informarnos, para entretenernos, para trabajar, y a veces, incluso, hasta para cocinar. Incluso miramos la hora en relojes tecnológicos y sabemos a cuántos grados estamos gracias a múltiples dispositivos de este tipo. Nos costaría años desintoxicarnos del uso abusivo que hacemos de las tecnologías, y haría falta alejarse de toda la civilización que conocemos.
No obstante, la tecnología no es mala, todo lo contrario. Obviamente, tiene sus cosas negativas y hay que utilizarla con cuidado. Hemos visto o leído millones de distopías en las que la tecnología domina el mundo, pero esa no es la realidad. A los demagogos, sin embargo, se les llena la boca criticándola y creyendo que los jóvenes que han crecido en esta generación son más tontos o menos funcionales porque han podido recurrir a dispositivos tecnológicos que les han facilitado mucho la vida en diversos aspectos. Ni enciclopedias, ni diccionarios, ni periódicos, ni radios. Todo eso puedes llevarlo en tu móvil, y, lejos de ver el potencial de semejante aparato, hay quien disfruta criticándolo.
Sea como fuere, de entre los muchos pasos que está dando la tecnología, uno de ellos es el de ayudar a proteger nuestros objetos personales con más eficacia. Llevamos toda la vida utilizando candados para asegurar nuestras propiedades. El candado de la bicicleta, el candado de la puerta, el candado de la caja fuerte. Recuerdo incluso que tenía un diario con un pequeño candado. El candado es uno de los sistemas de seguridad físicos más seguros y resistentes del mundo, como confirman en CerrajerosMallorca.top, una empresa de cerrajería especializada en este tipo de productos. Y, sin embargo, la tecnología se las ha apañado para mejorar el concepto de candado todavía más. Si quieres saber más, voy a explicarte en qué consiste el candado Master Lock.
El candado Master Lock es un candado que no necesita llaves ni combinaciones. Además de tener un diseño increíblemente bonito y moderno, es muy fácil de utilizar y es muy seguro. Es irrompible, y no dispone de ninguna cerradura que pueda forzarse, por lo que puedes olvidarte de ladrones de poca monta intentando acceder a tus objetos personales. Este candado funciona como un candado normal, pero se abre gracias a tu iPhone o Android. Una vez te compras este candado, te descargas una app que lo controla. Funciona mediante Bluetooth, y lo único que necesitas hacer una vez quieres abrirlo es pulsar cualquier botón del candado, de este modo se activará y sincronizará con tu smartphone.
Pese a ser un candado tecnológico, aguanta perfectamente los cambios climáticos. Esto quiere decir que puedes utilizarlo en el exterior sin preocuparte de si se va a estropear. Puedes usarlo para asegurar tu bici, o para cerrar la valla de un campo de tu propiedad, o para asegurar tu trastero. Cualquier uso que imagines para un candado normal, el Master Lock es capaz de ejecutarlo con el plus de aportar mayor seguridad. Además, te permite seleccionar más de un smartphone en su red, por lo que lo pueden abrir todas las personas que te interesen. Si dispones de un terreno a las afueras y estás utilizando el Master Lock para cerrar la valla, tu familia también podrá acceder a él sin necesidad de contar con tu iPhone.
Es recargable, y hay que tener cuidado con el tema de la batería porque para que funcione necesita estar cargado. El propio candado te lo indica mediante una luz roja, pero, al funcionar mediante una app, recibirás una notificación para saber que se le está agotando la batería y podrás actuar a tiempo, aunque la batería es cambiable y, aunque se le acabe, podrás sustituírsela para abrirlo sin problema.